viernes, 20 de junio de 2014

El futuro de la cultura en la era tecnologica.


Globalización de la nueva era tecnologica


Con la globalización de la nueva era tecnológica han ido cambiando muchos aspectos de la vida del ser humano, como por ejemplo la facilidad con la que podemos fomentar nuestra cultura y conocimiento a través de la información que nos brinda Internet, aunque esta, no esta siendo aprovechada de buena manera, ya que antes de que en la sociedad se cree el sentido de pertenencia por aprender cosas nuevas, las redes sociales han impactado a la nueva juventud, haciendo muchas veces que en lugar de volvernos investigadores de las nuevas tendencias, nos hemos convertido unas maquinas monótonas manejadas por una pantalla y un mouse. 

Hoy, la cultura se ha convertido en una tecnologia científica. No puede ser una cultura puramente técnica ni puramente tecnológica porque los tecnólogos que cada vez abundan más en nuestra sociedad y  es normal que lo hagan, conocen muy bien cómo hacer las cosas, pero no saben tan bien por qué ocurre ese funcionamiento.

En consecuencia, esta fusión profunda de la técnica y de la ciencia, y el hecho de que los más importante científicos de nuestra época sean tecnocientíficos, o por lo menos tan tecnocientíficos como estrictamente científicos, o por lo menos tan tecnocientíficos como estrictamente científicos, supone una gran novedad y es una gran afirmación de la superación de esta tensión entre las llamadas dos culturas.

La cultura inmediatamente anterior a la actual ha sido una cultura enormemente libresca, una cultura de biblioteca y de hemerotecas, de uso del fichero. Se podría decir, de acuerdo con aquel programa de la televisión que estuvo en pantalla durante meses, que para esta cultura todo está o todo estaba en los libros. Era una cultura eminentemente libresca. Yo diría que este carácter tan libresco de la cultura que nos ha dominado hasta hace tiempo se refleja en los mejores escritores de la lengua española. Pensemos, por ejemplo, en Borges. Borges es un autor que escribe una especie de literatura que es metaliteratura de los libros, es escribir sobre el Quijote, sobre todos los libros, y por tanto, vivir en un universo que es el universo libresco. Es decir, se trata de la primacía de leer y de escribir, sobre el ver y el oír. Un poco exageradamente podría decirse que lo característico de la cultura occidental, desde Gutenberg hasta la III Revolución Industrial, es este predominio de lo libresco.



Y ahora estamos ingresando, hemos ingresado ya, en un nuevo estilo de cultura que es sumamente importante. Pensemos que durante la época de la cultura libresca el que más y el que menos, para recordar aquella expresión de Unamuno, aspiraba a hablar como se escribe, no a escribir como se habla. La sintaxis era dominante en la medida en que éramos capaces de dominarla. Y eso ya se ha perdido. Y no es una casualidad que se haya perdido esa perfección de la sintaxis escrita, porque se trataba de una característica de la dominación de la cultura impresa. Se trataba de una sintaxis muy peculiar, de hablar como los libros, ese era el ideal de las gentes.




En cambio, gracias a esa verdadera novación que significa las nuevas tecnología electrónicas, informáticas y cibernéticas, estamos, por una parte, recuperando el ver y el oír, es decir, lo audiovisual, y por tanto, un tipo de concreción mucho más real, mucho más cercana a la realidad que la de la cultura impresa y la mediación y mediatización de los libros. Pero por otra parte, y en la misma dirección si quieren ustedes, la nueva sintaxis —y recuerdo a este propósito una ponencia que se ha presentado aquí mismo de Xavier Laborda— es una sintaxis no alfabetizada o alfabetizante, sino un tipo de comunicación que se parece más a los pictogramas y, en consecuencia, permite al joven, al niño educado en los nuevos modos de la comunicación, una visión global de aquello que antes tenía que ir aprendiendo palabra a palabra, sílaba a sílaba, casi letra a letra. Esta revolución me parece que es enormemente importante y de recuperación de caracteres.

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